Transcurre por el entrañable barrio de Sabugo a partir de las 9 de la noche del Viernes Santo, y partiendo de la campa de la iglesia de Santo Tomás, continúa por la calle de La Cámara, La Fruta, Cuesta de la Molinera, Plaza de Pedro Menéndez, La Estación, Plaza del Carballo, Marcos del Torniello hasta la plaza de la Merced y recogida en la calle Cuba.
Merecen mención especial las dos paradas que realiza la cofradía en la Estación de Penitencia, la primera en la plaza del Carballo, donde se canta la Salve Marinera, y la segunda, al final, en la plaza de la Merced donde se canta la Salve Popular.
Esta Estación de Penitencia se realiza con dos pasos, el primero, el paso del "Lignum Crucis", de estilo clásico realizado en 1996 por el artista local y antiguo tallista en los talleres Granda de Madrid por D. Pío Morán. Dicho paso porta la astilla de la Cruz de Cristo, el "Lignum Crucis".
Tras el paso de la Cruz procesiona el paso de "Nuestra Señora de la Soledad", es un paso de "Palio de Cajón" de estilo neoclásico, fue realizado en 1998 por el mismo artista D. Pío Morán; presenta diversas tallas en madera, destacando el conjunto de cabezas de ángeles situado en la peana que sustenta la imagen. El conjunto de varales fue realizado por el afamado orfebre D. Manuel de los Ríos, son de alpaca plateada y repujados, y en el basamento de estos las cabezas de ángeles se conjuntan con el resto de tallas.
Otra iniciativa impulsada por nuestra Cofradía ha sido crear una nueva procesión para el Sábado Santo junto a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Esperanza, en la cual procesionan una imagen de Jesús Resucitado y la Virgen de la Soledad con manto blanco (donado y confeccionado por una cofrade) y faldones blancos (donados por un cofrade), simbolizando así la Resurrección. Posteriormente se incorporó a la procesión la cofradía del Santísimo Cristo de Rivero y San Pedro Apóstol, formando las tres cofradías el Encuentro de Cristo con su Madre y con el Discípulo que le negó, que posteriormente se arrepintió y por el que Cristo murió en la Cruz, al igual que por nosotros.
Esta procesión es un gran broche de oro para la Semana Santa de Avilés, ya que en ella se representa lo que para cualquier cristiano es la piedra angular de nuestra Fe: la Resurrección de Cristo.